En Argentina la cantidad de horas de clase que cursa un estudiante de primaria varía según la provincia. Algunas jurisdicciones planificaron más de 1.000 horas de clase en 2022, como CABA (1.162 horas) y Santa Cruz (1.099), con altos porcentajes de alumnos en jornada completa y extendida, respectivamente. Por otro lado, hay provincias donde se previeron menos de 800 horas anuales de clase, según surge de considerar la cantidad de días de clase planificados en el calendario escolar y el tipo de jornada (simple, extendida o completa) en cada jurisdicción.

Los datos pertenecen al informe “Tiempo en la escuela: evidencia y comparaciones”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Martín Nistal y Eugenia Orlicki. El documento releva distintos estudios sobre la importancia del tiempo en la escuela primaria, ya sea en cantidad de días o de horas de clase, y analiza datos nacionales e internacionales para estimar la cantidad de horas anuales “teóricas” –es decir, las horas planificadas, no las efectivamente dictadas– en las provincias y en el país. Si bien el tiempo teórico en la escuela se ve afectado por distintos factores (como paros, ausentismo estudiantil, ausentismo docente, problemas edilicios en las escuelas y problemas climáticos, entre otros), en Argentina no existe información pública sobre la cantidad de horas y días de clase efectivos.

En cantidad de horas teóricas de clase, detrás de CABA y Santa Cruz se ubican Tierra del Fuego (984 horas anuales), Córdoba (942) y Catamarca (879). Por otro lado, entre las provincias con menos cantidad de horas teóricas en 2022 se encuentran San Luis (753), Chaco (761), Corrientes (769), Neuquén (770), Santiago del Estero (779) y Santa Fe (783). Los datos son previos a la creación en junio de 2022 del programa nacional “1h+ Una primaria con más tiempo”, que sumó una hora de clase en las escuelas primarias de jornada simple, aunque aún no hay información pública sobre cuántos estudiantes fueron alcanzados por la iniciativa.

Mayor tiempo escolar puede tener efectos en los aprendizajes y en las trayectorias escolares, según muestra la evidencia relevada por los autores del informe. Extender el tiempo escolar, ya sea aumentando la cantidad de horas o días de clase, puede impactar en la mejora de aprendizajes, reducción de la repetición de grado y mejoras en la asistencia futura a la escuela, entre otros efectos.

En Argentina se planificaron 186 días “teóricos” de clase en 2022, una cifra igual al promedio de los países de la OCDE. Hay países con 200 o más días de clase como Israel (209), Japón (203) y Australia (200), Colombia (200), Costa Rica (200), Dinamarca (200), Italia (200) y Brasil (200). Por otro lado, entre los que no llegan a los 180 días se encuentran Letonia (169), Islandia (170), Portugal (173), Grecia (174), Croacia (175), España (175), Lituania (175), Estonia (175), Polonia (177) y Suecia (178).

Al analizar las horas teóricas de clase se observa que Argentina (con 829 horas) supera el promedio de los países de la OCDE (807). Por un lado, hay países que superan las 1.000 horas de clase por año, como Costa Rica (1.147 horas), Chile (1.026), Dinamarca (1.000), Colombia (1.000) y Australia (1.000). Por otro lado, la cifra es mucho más baja en países como Polonia (567), Rusia (598), Letonia (599), Lituania (599) y Corea (655).

El informe plantea la necesidad de avanzar con la implementación de sistemas de información para poder hacer un seguimiento de la cantidad de horas y días de clase efectivos en el país. De acuerdo con los autores, “el monitoreo de estas variables es clave para poder garantizar trayectorias constantes en el tiempo y, con los alumnos en el aula, poder trabajar en los pasos siguientes que necesita la educación argentina para asegurar los aprendizajes y llegar con las mismas horas de clase a niveles de resultados como los de los países de la OCDE”.