El informe del Observatorio, presentado por Víctor Volman y Axel McCallum (autores del informe junto a Nicolás Buchbinder), identificó avances y desafíos pendientes en los niveles inicial, primario y secundario del sistema educativo argentino a lo largo de los últimos 20 años, a partir de las 5 dimensiones mencionadas. En términos de acceso, entre 1996 y 2018 la matrícula del sistema educativo subió 1.958.415, es decir, 23%. Mientras el jardín de infantes sumó 735.973 alumnos (un crecimiento de 20 puntos porcentuales), la secundaria incorporó 1.096.050 estudiantes (un aumento de 15 puntos porcentuales). La matrícula en el sector privado subió 47,3%, mientras que la estatal creció 15,2%.

En la dimensión de eficiencia interna falta mucho por recorrer: de 100 estudiantes que comenzaron la secundaria en 2013, solo 64 llegaron al último año del nivel en el tiempo esperado. Si bien el indicador mejoró, todavía hoy en Argentina, cada 10 minutos, un estudiante se queda en el camino. En cuanto a los recursos humanos del sistema, en primaria hay 11,5 alumnos por cargo docente en el sector estatal, mientras que el número asciende a 14,6 en el sector privado.

También se incrementó la inversión educativa a nivel nacional, pero hay grandes disparidades entre las provincias. Mientras en algunas jurisdicciones la inversión educativa por alumno equivale a 6,1 canastas básicas anuales, otras provincias invierten el triple: 17,8 canastas básicas.

En cuanto a los resultados de aprendizaje, 3 de cada 10 estudiantes del último año de secundaria alcanzan niveles satisfactorios de aprendizaje en matemática, mientras que sólo 4 de cada 100 alcanzan un nivel de desempeño avanzado en la evaluación Aprender.