La escolarización temprana se asocia con mayores niveles de aprendizaje en primaria y secundaria: los niños que van al jardín suelen lograr mejores desempeños en la escuela, según los datos de Aprender. Sin embargo, esa asociación no siempre se verifica para los chicos de nivel socioeconómico bajo: entre los chicos más pobres, afectados por múltiples privaciones (alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información, estimulación), el jardín de infantes no alcanza a compensar las desigualdades de aprendizaje.
de estudiantes de NSE bajo que logra nivel “satisfactorio o avanzado” en Matemática en primaria no varía significativamente según asistencia a nivel inicial. La cantidad de alumnos con buenos desempeños es incluso mayor entre quienes no fueron al jardín (57,3%) que entre quienes fueron desde los 4 años (52,8%). En secundaria tampoco se dan grandes variaciones de desempeño entre quienes no asistieron al jardín y quienes sí lo hicieron. Esa correlación sí se verifica para los chicos de NSE alto: entre ellos, solo el 15,5% de quienes no asistieron al jardín logra buenos desempeños, mientras que la cifra es más del doble (39,0%) para aquellos que asistieron desde sala de 3 o antes.
Los datos surgen del informe “El jardín de infantes no puede solo”, del Observatorio Argentinos por la Educación. Allí se observa la asociación entre los niveles de aprendizaje de Matemática y Lengua en primaria y secundaria, y la asistencia o no al jardín de infantes. Esa asociación positiva se ve de manera clara para los chicos de NSE alto, pero no se verifica para los chicos de NSE bajo. Según las hipótesis planteadas por el informe, esa diferencia tiene que ver con las dificultades del jardín para compensar por sí mismo las múltiples privaciones a las que se ve expuesta la infancia en la Argentina. Pero también podría explicarse por una diferencia en la calidad de la oferta de nivel inicial a la que acceden los niños según su nivel socioeconómico.