En el contexto del aislamiento, 4 de cada 10 alumnos (38,5%) de escuelas primarias necesitan acompañamiento constante de un adulto para resolver las actividades escolares. Prácticamente todos los estudiantes (95,6%) necesitan algún tipo de ayuda por parte de los adultos. Esto genera una demanda familiar adicional a la requerida normalmente, y supone una distribución desigual de oportunidades: los hogares con mayor posibilidad de invertir tiempo, con espacios más amplios en la vivienda y con adultos de mayor nivel educativo tienen mayor capacidad de acompañar que aquellos hogares hacinados y con adultos con menor nivel educacional.
El informe “Tiempo destinado a actividades escolares y acompañamiento de adultos”, del Observatorio Argentinos por la Educación y con autoría de Mariano Narodowski, Víctor Volman y Federico Braga, presenta los resultados de una encuesta nacional a 262 familias orientada a relevar las prácticas escolares de continuidad pedagógica en el contexto de la pandemia de COVID-19. El documento es el tercero de la serie La educación argentina durante la pandemia de COVID-19. Un estudio sobre la situación de familias y alumnos durante el aislamiento.
El 52,2% de los alumnos destina más de 3 horas por día a sus actividades escolares. Uno de cada diez (9,6%) dedica más de 6 horas diarias. Las cifras ratifican que la continuidad pedagógica tuvo una distribución social desigual, condicionada sobre todo por la presencia de conexión y dispositivos, la capacidad del hogar y el esfuerzo escolar.
El 61,4% de los alumnos recibe siempre correcciones o devoluciones de un docente, y solo un 10,6% manifiesta no tener devolución de sus maestros. El 11,5% de los alumnos fueron evaluados mediante pruebas o exámenes desde el inicio de la pandemia. En estos casos, 3 de cada 4 evaluaciones fueron conceptuales.